En este verano decidí descubrir el norte de Europa. Durante años escuche de los espectaculares paisajes y la incomparable belleza natural que poseen los fiordos de noruega, y las curiosidades que guarda el polo norte. Este esperado viaje lo acordamos hacer 4 amigos del trabajo, todos tomamos vacaciones los primeros días de junio, para disfrutar, en total, un largo mes de descanso pero la fecha de reunión sería para el 10 de junio.
Primeramente tomamos un crucero de 12 días, que seleccionamos de la sección Cruceros Fiordos de Noruega, el cual nos llevaría por la costa oeste de noruega y hasta las islas Svalbard, llegada la fecha tomamos un vuelo desde París hasta Bergen, la ciudad de las siete montañas, un hermoso puerto nórdico y la segunda ciudad más importante de Noruega. En Bergen nos quedamos 2 días en los cuales visitamos a profundidad el típico barrio de Bryggen, formado por hermosas casas de ladrillo en donde abundan los turistas encantados por este puerto medieval. El punto principal de Bryggen es la iglesia de Santa María que se encuentra cerca al que fue el puerto hasta el siglo XIX. Luego fuimos a tomar el funicular que nos llevo al monte Floyen, uno de los picos más altos de Bergen, durante el viaje apreciamos una vista incomparable de Bergen, con una ciudad que se empequeñecía y se mostraban más y más las hermosas montañas nevadas al fondo y la bahía de Bergen.
Después de 2 días nos embarcamos en el crucero Estrella del Norte, un enorme crucero con capacidad para 5000 pasajeros sin contar la tripulación, previamente escogimos cuidadosamente nuestro camarote, por experiencias previas no deseaba uno cerca a las discotecas del barco y alejado del moleste ruido de las turbinas de la nave, así que elegimos uno por la mitad del barco cerca a los teatros que obviamente cierran a una hora moderada, pero la sorpresa que nos llevamos en nuestro camarote, fue que en lugar de la esperada vista del mar encontramos solo una vista a las hélices de un bote salvavidas, bueno para el momento que nos percatamos de que solo podríamos apreciar la belleza de un bote de 5 metros de largo ya era demasiado tarde para cambiar de camarote.
Ya en el transcurso del viaje visitamos los afamados fiordos de Naeroyfjord, Geirangerfjord y Sognefjord, el fiordo más grande de Europa en el cual desembarcamos unas horas para disfrutar de sus aguas heladas y practicar un poco de kayak, me sorprendió la tranquilidad del agua casi daba la impresión de estar en una laguna de aguas de color esmeralda. Algo que me llamo la atención poderosamente es la advertencia que indicaba que una persona solo podía estar 4 minutos en el agua antes de sufrir hipotermia, el agua era realmente helada y no quise imaginarme la cantidad de desafortunados que estuvieron sumergidos más de 4 minutos, realmente se me helaban los huesos de solo imaginarlo.
Luego de llevar a Honningsvag nos dirigimos a las islas Svalbard, un archipiélago cercano al polo norte, una vez tierra de nadie pero actualmente en posesión de Noruega y con un destacamento científico permanente. En estas hermosas islas pudimos apreciar el sol de media noche, en uno de esos raros días del polo norte, en el cual nunca se pone el sol y a media noche hay un sol radiante.
Bueno este crucero resulto inolvidable y en próximo año elegiremos un crucero de la sección Cruceros Mediterráneo Oriental, para visitar las milenarias ruinas de la antigua Grecia.