Un viaje inolvidable a Medellín, una ciudad calurosa y de espíritu alegre.
Hace poco más de un mes unos amigos mios, conociendo mi fascinación por los viajes, me invitaron a acompañarlos a Medellín, ciudad colombiana de la que poco sabia hasta ese momento. ¿El motivo? el papá de uno de mis amigos era cheff y fue invitado, junto con otros, a un concurso internacional de cocina. Sin pensarlo mucho acepté y preparé todo para partir (tampoco es que tuviera mucho tiempo para pensarlo ya que salíamos en un par de días). Casi inmediatamente me puse a leer e investigar para a conocer algo más de Medellín – lo que siempre hago antes de viajar a cualquier ciudad -, de sus costumbres, de su gente, de sus fiestas y… en fin, de todo lo que haya por conocer.
Lo primero que descubrí fue que a Medellín, al igual que a Trujillo en mi Perú, se le conoce como “la ciudad de la eterna primavera”. Luego supe que era una ciudad netamente industrial y comerciar, fuertemente azotada por la violencia y el narcotráfico a fines del siglo pasado. Sin embargo, me sorprendió leer – y ahora puedo dar fe de ello – que la gente de Medellín es muy optimista con su futuro, que por cierto es bastante promisorio. Ellos tienen como meta hacer de Medellín no solo una ciudad comercial sino también turística; y van por muy buen camino, ya que el 2006 se convirtió en el tercer distrito más visitado de toda Colombia, superado apenas por Bogotá y Cartagena. El famoso “Empuje paisa” se pone de manifiesto en cada proyecto que emprenden los antioqueños.
El concurso que les mencioné se llamó “Colombia provoca” y congregó a restaurantes y cheffs de varias partes del mundo. La delegación peruana no podía estar más contenta ya que nuestro país era el invitado de festival culinario en su tercera edición. Los organizadores dieron a nuestra delegación un stand de 250 metros cuadrados para exponer de nuestra comida (si, ya lo sé, no es suficiente para mostrar todas las delicias que se preparan en mi tierra ).
El concurso este año estaba programado para los días 24, 25 y 26 de Agosto, pero mis amigos y yo queríamos conocer la ciudad así que nos fuimos unos días antes. Partimos de Lima en avión – vía Avianca – el día lunes 20, en un vuelo escalado Lima – Bogotá – Medellín. Arrivamos al Aeropuerto Internacional José María Córdova de esa ciudad. Ya que es una ciudad de una altitud considerable (más de 2100 metros) a mis amigos no les sentó muy bien el viaje. Toda la tarde tuve que atenderlos ya que estaban con un fuerte dolor de cabeza y un poco de malestar estomacal producto del soroche. Así que esa tarde no hicimos nada más que ir al hotel y descansar
Nos hospedamos en el “Mediterraneo Hotel Medellin” un hotel muy cómodo, además de económico ubicado en Carrera 70, más conocida como “La 70”. El administrador del hotel nos comentó que “la 70” era una zona bastante poblada donde se sucedían las fiestas y parrandas una tras otra. La 70 es el punto de encuentro obligado para celebración de triunfos futbolísticos y remates de corridas de toros.
Así, sin un guia que nos lleve por los lugares más interesantes de Medellín, mis amigos y yo nos lanzamos a la aventura. Teníamos la intención de ir al Parque Lleras pero al final decidimos visitarlo el fin de semana y así lo hicimos. En su lugar visitamos otros parques, como el Parque del Norte, el cual posee juegos mecánicos, áreas verdes y un hermoso lago. También fuimos al Parque Berrío y al parque Juan Pablo II, este último con ciclovias, piscinas y un coliseo. Eso fue todo cuanto hicimos el día martes.
Un lugar que nos impresionó bastante fue el “Pueblito Paisa”, ubicado en el cerro más conocido de Medellín, el Nutibara. Este vecindario tan pintoresco se encuentra cerca al río Medellín y al Aeroparque Olaya Herrera. El Pueblito Paisa está formado por un conjunto de casas, una iglesia, una farmacia, una barbería, una escuela, un café, varios almacenes o tiendas de abarrotes y una hermosa plaza al típico estilo colonial, con una fuente de piedra en su parte central. Lo curioso es que este vecindario no había sido tan antiguo como pensamos a un comienzo; de hecho no tiene más de 25 o 26 años. Lo que sucede es que este pueblito ha sido diseñado y posteriormente construido para rendir homenaje a Medellín por sus 300 años. El pueblito Paisa posee además un teatro al aire libre, el “Carlos Vieco”, y una concha acústica, inaugurada hace más de 20 años.
Eso fue el día miércoles; al día siguiente, conocimos el Zoológico Santa Fe. El administrador del hotel (a quien nombramos nuestro “guia”, a falta de uno real), nos dijo que para llegar tomáramos el Metro hasta la estación Industriales. Eso hicimos, y sin muchas dificultades arribamos a dicho Zoológico. Santa Fe posee más de 1300 animales de diferentes especies. Entre los animales que más nos impresionaron están los rinocerontes, tigres de Bengala, águilas, hipopótamos y leones. El Zoológico Santa Fe también cuenta con un pequeño bosque con medio millar de árboles y arbustos de diferentes especies.
Definitivamente nos faltó mucho por conocer en Medellín, en vista de que yo tenia que volver a trabajar el día lunes, no podía quedarme sinó hasta el sábado. Ya había reservado mi boleto de vuelta al Perú así que no me quedaba más que disfrutar al máximo mi último día en Medellín, tierra de gente cariñosa y mujeres hermosas. No hable de las chichas Antioqueñas ya que ellas merecerían un post aparte. Realmente son muy guapas además de ser coquetas y con una sonrisa que desarma al más frió de los hombres. Como mencioné antes, el viernes nos fuimos de parranda al Parque Lleras y definitivamente esa noche no la voy a olvidar durante mucho tiempo.
Sin embargo, antes de contarles de la noche de rumba y mujeres bellísimas, les contaré que el viernes por la mañana visitamos los Parques Biblioteca, muy famosos en todo el país. Los parques biblioteca forman parte del proyecto “Medellín ciudad educada”, el cual pretende desterrar la violencia y la ignorancia de esta ciudad con la educación y la cultura como principales armas. En palabras del Propio Alcalde, Sergio Fajardo Valderrama, los parques biblioteca permitirán crear oportunidades sociales, especialmente para los jóvenes, de modo que, a medida que se reduzca la violencia, los jóvenes encuentren esas oportunidades que tanto esperan.
Aunque solo visité uno de ellos, existen alrededor de la ciudad 5 parques biblioteca recientemente inaugurados; todos ellos cuentan con varios servicios dirigidos a todos y cada uno de los medellinenses. Colecciones bibliográficas para todas las edades y áreas del conocimiento, salas de lectura, espacios para el desarrollo infantil, cabinas públicas y gratuitas para navegar por Internet, auditorios al aire libre y cerrados, salones de exposiciones, talleres de capacitación, además de los “Centros de Desarrollo Empresarial Zonal” –CEDEZO-, etc., hacen que estas bibliotecas estén destinadas a toda la población; y como dato curioso mencionaré que estas 5 bibliotecas han sido construidas en las zonas más golpeadas por la pobreza y la violencia de Medellín, por consiguiente, exactamente donde más se necesitan el conocimiento y la cultura.
Bueno, así transcurrió mi último día en Medellín. Al día siguiente acompañamos a nuestro amigo a ver a su padre al Colombia provoca en el jardín Botánico. Este es uno de los lugares más conocidos de la ciudad, en el que se encuentra un inmenso invernadero de orquideas: El orquideograma. Fue en este lugar que se celebró el festival gastronómico en el que el Perú era el invitado de honor. Mis amigos y yo nos dimos una vuelta por todos los stands pero guardamos un espacio en nuestros estómagos para un ceviche y un pisco sour.
Ah si, casi se me olvida! Luego de visitar el parque biblioteca de La Ladera, por la noche cenamos en “Al Rojo”, uno de los mejores restaurantes localizado en el Parque Lleras; y en vista de que la música estaba muy buena nos animamos por unos tragos. En fin, la comida estaba excelente y de las bebidas y la música no puedo decir menos. Sin embargo la noche aún no estaba completa, así que nos fuimos de rumba. San Pues fue el lugar elegido y no nos arrepentimos. La discoteca estaba repleta – como cualquier viernes – pero aun así entramos y nos pedimos unos tragos. En vista de que la gente de Medellín – especialmente las chicas antioqueñas – es muy sociable, no fue difícil hacer amistad con un grupo de chicas (muy guapas, por cierto) y bailar toda la noche. Bailamos hasta tan tarde que ya era temprano :). El problema fue al día siguiente que nadie quiso levantarse para ir al “Colombia Provoca”.
Y así finalizó mi viaje. Dejé a mis amigos en el festival gastronómico (con el estómago lleno pero con una pena muy grande ) y me fui al aeropuerto… de regreso al Cusco!