Después de un largo año de espera unos amigos de trabajo y yo, pudimos cumplir uno de nuestros deseados viajes y tomar un Crucero por Islas Griegas, al menos por las más famosas, decidimos ir en el mes de mayo para evitar los enjambres de turistas que inundan Grecia en junio y julio
Salimos de Paris el 5 de mayo hacia Atenas con una escala en Roma, al llegar a Atenas tomamos un par de días para visitar los principales atractivos de Atenas en una semana visitamos el templo de Zeus Olímpico, el Partenón, la academia de Platón, la plaza Constitución en donde se encuentra el edificio del parlamento Griego y que en otro tiempo se realizo la recepción de bodas del entonces príncipe Juan Carlos de Asturias y la Princesa Sofía de Grecia.
Después de una semana nos embarcamos a eso de las 8 de la noche en el crucero Hércules III, tómanos un camarote en la proa del barco con una balcón completo para apreciar la inmensidad del mar egeo, al estar en la proa evitamos las aglomeraciones y ruidos del comedor, de primera instancia nos pareció perfecto el camarote, y bueno la primera noche estuvo muy bien pero en la madrugada nos dimos con la ingrata sorpresa de que estamos muy cerca de los campos de deporte en los cuales los otros huéspedes practicaban natación, tenis y salían a correr en la madrugada, fue un poco raro despertamos con el piqueteo de las bolas de tenis y los chapuzones en la piscina, pero bueno la vista del inmenso mar lo compenso casi todo.
El primer día después del desayuno nos dirigimos directamente a uno de los casinos del barco, el Antonio Perez, en el cual nos pasamos el día jugando black jack, la ruleta y lanzando los dado. A medio día nos dirigimos al comedor principal donde se sirvió un delicioso pato a la naranja. En la tarde disfrutamos del sol en la terraza, y después a descansar.
A la mañana siguiente llegamos a la mítica isla de Mykonos, una vez el destino preferido de la clase alta europea y el punto de encuentro del jet set mundial, actualmente un poco más popular pero sigue manteniendo su encanto, en la mañana disfrutamos de sus hermosas playas de arena blanca y de un sol maravilloso.
Para en la tarde nos dirigimos a la isla de Delos, uno de los principales centros arqueológicos de Grecia, fue como viajar a otro tiempo al estar en el templo de Apolo, visitar la laguna donde se dice que nació el Dios del sol y estando rodeado de sus guardianes, los preciosos leones de mármol, uno se puede sentir casi en la Grecia de Pericles o de Alejandro.
Nuestra siguiente parada fue la legendaria isla de Rodas, y la fortaleza de Rodas, la ciudad antigua fue una fortaleza erigida por los caballeros hospitalarios en el siglo XIV como base naval y como una avanzada cristiana en le mediterráneo oriental, nuestro recorrido empezó en la antigua calle de los caballeros, una hermosa calle de piedra rodeada de los bastiones o casas en las cuales se dividían los caballeros, continuamos con el hospital de los caballeros, un edificio impresionante con grandes salones y un patio central de piedra, en ese momento me sentí maravillado por las incontables vidas que salvaron los mejores medidos de su tiempo, los caballeros hospitalarios de Jerusalem.
Seguimos con el palacio del maestre, una bella estructura de muros altos que muestran una majestad impresionante, y el interior es aun más impresionante, con sus bellos mosaicos y estatuas antiguas,
Este crucero por las islas griegas fue más de lo que espere, fue casi como viajar en el tiempo, realmente fue maravilloso ver el modo de vida y los centros de poder de otro tiempo
Para el próximo verano creo que agregare uno más a mis Viajes a Mallorca, una isla preciosa que aun no conozco totalmente.